Aunque AIL Madrid inició su aventura hace ya quince años en la minúscula sala de estar en mi piso del centro de Madrid, el principio de esta historia empieza mucho antes, con mi llegada a Madrid en el año 2000. Mi experiencia inicial en Madrid fue embriagadora. El idioma, la vida nocturna, la vitalidad de la gente y la historia de la propia ciudad hizo que me enamorase inmediatamente de Madrid. Me emocionaba cada vez que tenía la oportunidad de enseñar mi nuevo hogar a mis amigos. En ese momento supe que Madrid ocuparía gran parte de la historia de mi vida.
Después de tres años en la ciudad, durante los cuales logré alcanzar un dominio casi perfecto del español (aunque mi acento británico me acompañará toda la vida), sentí el impulso de aprender algo nuevo y, aprovechando unas vacaciones, fui a Francia para hacer un curso intensivo y corto de francés. Mientras estaba allí, conocí al director de una escuela de idiomas en Montpellier que me dio una primera visión general de lo que era una academia, desde el punto de vista de la docencia y la dirección. En ese momento, se plantó una semillita en mi mente y poco a poco empezó a echar raíces. ¿Era eso lo que quería hacer? Me encantaba aprender idiomas, me encantaban los profesores expertos y entusiastas y sabía lo que suponía captar estudiantes. Entonces, ¿por qué no crear mi propia academia?
Y así fue como, años después, nacía AIL Madrid. Con la ayuda de mi amiga de la universidad, Brishet, y de Dori, que sería directora de estudios poco después. Todos realizaremos una gran labor e invertimos mucho esfuerzo en la creación de una escuela diferente, y todo ello desde nuestros diferentes y anticuados pisos de Madrid. Al poco tiempo, creamos una página web, alquilamos un espacio y entrevistamos a profesores, para comenzar a trabajar con nosotros. Desde el principio supe que quería profesores entregados y nativos. Personas que hubieran estudiado para ser lingüistas o educadores, y a quienes entusiasmara el idioma. Que se preocuparan por los estudiantes y que entendieran la cultura española y disfrutasen debatiendo sobre ella. También nos preocupaba mucho la calidad de nuestros servicios y, a lo largo de los años, hemos logrado con orgullo las acreditaciones internacionales más importantes, consiguiendo así ser uno de los principales referentes dentro de las escuelas de idiomas.
En verano de 2006 conocimos a nuestra primera estudiante, Stephanie. Ella era de Nuremburg, Alemania, e ilustra con su ejemplo la relación academia/estudiante que encuentras en AIL Madrid. Stephanie era una chica de 26 años, amable y cariñosa, con verdadera determinación por aprender español con rapidez. Estudió con nosotros tres meses y pasó a formar parte de nuestra pequeña familia. Poco después, cuando terminó su curso, la contraté para trabajar en la oficina de administración y seguimos siendo amigos y compañeros de trabajo desde entonces. ¿Quieres conocer más sobre nuestra familia?